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¡Que la música no pare! con Noemí Del Castillo

Las presiones venían de todos lados. Los maestros la presionaban para que cumpliera los requisitos del programa universitario. Algunos le sugerían que se cambiara de carrera. En su propia mente escuchaba las voces diciéndole “tú no encajas aquí”, “no sirves para esto”, “¿que estás haciendo aquí?”. Así era la presión de una carrera tan demandante como la una licenciatura en música. La frustración de no poder cumplir con las demandas físicas de la carrera ponía en duda el futuro de una jóven que a su corta edad había enfrentado un sinmundo de adversidad.

Los Inicios

Noemí del Castillo entró al México Moderno en segundo de primaria y desde el primer día su característica amabilidad le permitió conocer a Rebecca, amiga que hasta hoy en día mantiene contacto. Sin embargo, el empeoramiento de su condición auditiva condujo a sus padres a tomar la difícil decisión de moverla a Houston, Texas donde Noemí se sometió a un trabajo reconstructivo auditivo. “Me reconstruyeron la parte externa del oído cuando tenía 10 años, pero la parte interna nunca se pudo rescatar,” recuerda Noemí. El regreso a el México Moderno no sería hasta 5to de primaria.

Noemí volvió para vivir momentos de los más memorables de su vida. En sus palabras, “México Moderno fue como un Oasis; un lugar de descanso”. De parte de los maestros, la ex alumna recibió lecciones de vida que no se le olvidan. La jóven recuerda cuando su maestra de arte Gloria descubrió una pelea entre ella y su mejor amiga. “La maestra llegó y dijo ‘haber niñas, ¿porque se andan peleando? y empezó a hablarnos del valor de la amistad.” La ex alumna también recuerda con cariño y un poco de gracia a su profe Melchor. “Me acuerdo cuando nos ponía a marchar y siempre nos decía ‘Dios es un Dios de… orden!’ Entre otros recuerdos, el ganar el Spelling Bee en 6to año y el estar bajo la instrucción de su maestra Marlene marcaron su vida. Su pasión por la música, en especial canto, siguió creciendo y aunque en uno de sus oídos no poseía audición, el otro era apoyado por un aparato auditivo que le permitía escuchar.

El Bache y la Luz

La niñez de Noemí había sido marcada por una escuela “que fue como un oasis” y una familia que le había brindado un apoyo incondicional. Aunque la limitante física era real, la ex alumna se encaminó a luchar por su sueño: el convertirse en cantante de Ópera. Después de terminar su secundaria y bachillerato, la jóven fue aceptada para perseguir una Licenciatura en música especializada en educación musical y canto. En poco tiempo descubriría una realidad que la llevaría por un valle oscuro de incertidumbre.

“La carrera me requería cosas que físicamente no podía dar,” nos expresó Noemí. Presiones externas y dudas acerca de su propia capacidad le inundaron su mente hasta llevarla al punto en que quería tirar la toalla y dejar la carrera. “A pesar que la música es mi gran pasión y siempre lo ha sido, estaba dudando mucho de permanecer en la carrera,” nos confió la ex alumna. Sin embargo, Dios estaba planeando usar esos baches oscuros para demostrarle Su gran amor. Dios la rodeó de una familia que seguía creyendo en ella cuando ya se había dado por vencida. En las palabras de Noemí, “Si no fuera por ese bache oscuro me hubiera ido al camino de querer ser famosa, pero había algo mucho mejor para mi.” Poco a poco, no solamente saldría adelante para terminar su carrera, pero desarrollaría una pasión que hoy en día es parte de su llamado: el ayudar a niños con necesidades especiales.

En segundo año de la carrera una maestra le hizo ver un potencial en sí misma que nunca había visto. La educadora le invitó al CRIT porque Noemí mostraba mucho interés por la educación musical. Aunque en esos tiempos la joven ex alumna estaba perdiendo audición y era mucha la presión profesional, la alegría de los niños y sus ganas de vivir le inspiraron a seguir adelante, sobrellevar situaciones difíciles, y saber que su vida tenía un propósito grande más allá de la música. “Dios usó esos niños para mostrarme su amor y cambiar mi vida. Al ver sus sonrisas cuando empezaba a cantar y dar clases de música, me di cuenta que había una esperanza.”

Una Sorpresa Inesperada

Después de terminar la carrera, Noemí decidió tomar una pausa en sus esfuerzos profesionales para consagrar un tiempo a Dios. Después de inscribirse en un instituto bíblico, prácticamente se desconectó del mundo. Al mismo tiempo, su hermana se dio a la tarea de juntar toda la papelería necesaria para nominarla a los Premios Estatales de la Juventud de Chihuahua. Estos premios buscan “reconocer la labor de las y los jóvenes chihuahuenses que a través de sus acciones, impactan positivamente en sus comunidades (Chihuahua.gob.mx).” Aunque Noemí admite que ella no sentía que había hecho gran cosa, su historia conmovió a los jueces. El 17 de Noviembre del 2016, la ex alumna obtuvo el Premio Estatal de la Juventud en la categoría de “discapacidad e integración.” Este reconocimiento no solamente fué una grata sorpresa pero abrió puertas a cosas que vinieron más adelantes y proporcionó una plataforma que le ha permitido compartir su Fe.

Viviendo Para Servir

Hoy en día Noemí tiene la visión de impulsar la musicoterapia en México. Su pasión por ayudar a niños con discapacidades le ha inspirado a considerar el estudiar una maestría en musicoterapia. Aunque el perseguir dicha carrera pueda significar el tener que estudiar en el extranjero, Noemí quiere certificarse para en un futuro fundar una escuela que pueda capacitar a otros mexicanos en la disciplina. Además de usar su carrera profesional en servicio a los demás, Noemí compartió palabras especiales para todos los alumnos del IBMM.

“Los sueños y todo lo que Dios ha puesto en tu corazón lo puso con un propósito. Si tu lo puedes creer va a ser posible, si no lo puedes creer pues no. Dios puso en ti la capacidad para vencer lo imposible. Dios puso en ti un propósito para cambiar al mundo. A lo mejor se oye muy drástico pero yo lo resumiría en esto: Dios quiere cambiar al mundo a través de ti. Dios te creó con una misión muy especial, Dios te ama y te hizo para que tu vayas y demuestres su amor a muchas personas. A veces nos sentimos pequeños pero Dios es un gran especialista en usar lo pequeño para hacer cosas extraordinarias. De la noche más oscuras vienen los amaneceres más asombrosos. Como dice C.S. Lewis, ‘la adversidad prepara a personas ordinarias para destinos extraordinarios.’ ”


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